
Miro detras de un líquido translucido sin olor...la vida se ve curiosa y entro en ese super estado que solo los talibanes para la barra saben que funciona como anestésico de la vida hiperocupada(incluso en un iceberg de la Antartica). Me descuelgo y miro los rostros feitos que pululan a tropesones entre la gente, se abren paso por los pasillos angostos y repletos de humo. Emergen fragancias misteriosas y no dejo de cabalgar mi estado hilarante...ja-ja-ja...Si me detubiera a pensar lo sola y distante que estoy de todo, me daría frio de muerte. Lo tengo claro y los más perceptivos saben que estoy levitando sobre una carcajada desesperada y loca por arrancar. Para variar, es el síntoma ante la profundidad y el compromiso. Algunos me miran tratando de fijar la mirada en un espectro que se multiplica y se vuelve borroso. No dejo de reir, ahora tengo hipo y apenas alcanzo a respirar.
El reflejo de mi trago mágico me abre las puertas y me olvido por algunas horas de los miedos insoportables, me engaño, creyendome la indestructible, mientras en la Plaza de Armas apuñalan a un hombre y a otro lo degollan como a un animal.
A esas cosas no les tengo miedo...Se con certeza que nada me pasará, ni siquiera caminando en el lugar más terrible y lleno de ira. Sin embargo le temo a mis pensamientos, le temo a mis emociones...siento que en esos momentos me vuelvo mi peor enemigo.
...quiero ver...