Mientras escucho a "The Doors" -Touch me- espero que el tiempo pase y continuen sanando mis heridas , sintiendome más aliviada. Hoy me considero una persona con suerte, porque desde la profunda pena que algunos me generaron, aparecen dos tremendas orejas y un corazón infinitos...esa es mi suerte.
Se que me cuesta querer sin tormentos, pero lo logro...una vez que puedo confiar y sentirme feliz de entregarlo todo sin miedos.
Cuando en un momento, se volteo y me dijo que quería estar sólo...me recordó a mi. Eso es impactante y para nada terrible...porque cuando me miro al espejo descubro que mis acciones son absolutamente comprensibles y legitimas... ¡¡¡realmente aquellos que no me entendieron..no lo hicieron por pura falta de voluntad y de amor!!!. Claro, uno puede sentirse triste, pero la tristeza es un momento que te lleva al fondo de tu propio centro -mirarse el ombligo, dicen algunos, con algunas connotaciones negativas, inclusive-.
Cuando habla conmigo, veo transmutar su figura y así es donde conecto tranquilamente. La furia de esta bestia desaparece para dar paso a la domesticación de reconocer sus pasos, su voz, sus movimientos en distancias insondables.
En la proximidad, solo el fuego, explosión...nada controlado, furor hasta que te duele el alma...las palabras vibran gritando desde el valor más extremo, desde la naturaleza más pura y espontanea.
Mi efecto posesivo lo quiere ahora mismo, entero...pero la promesa es la libertad. Estoy aprendiendo a jugar con pompas de jabón y con ellas construir fortalezas. Mis costumbres se quedan perplejas, surgen nuevas modalidades, nuevas formas...desde mis ojos es pequeño, pero desde mi fuente es inmenso...como el océano del sur...infinito, quieto, impredecible en la tormenta.

Lo quiero, asi como es.



...quiero ver...